Jaime Galté, dejó un recuerdo marcado a fuego en quienes conocieron sus extraordinarias capacidades, muchas historias que permanecen en lo más profundo de sus protagonistas, siguen develándose con el paso del tiempo.

 

¿Cuántas historias increíbles quedan aún por ser contadas?

 

Su hija, Sonia Galté, rememora uno de estos casos.

 

Años después que murió su padre, ella conoció a una señora que al saber que era hija de Galté se emocionó muchísimo y le contó una estremecedora historia, en la que ella había sido un protagonista directo.

 

La mujer había perdido un hijo (atropellado mientras andaba en bicicleta). Galté llegó donde su familia y dijo que tenía un mensaje del niño. Salió la madre, enfurecida, ya que estaba velando al pequeño. Él le dijo que sentía el deber de entregarle la misiva.

 

En el papel, el niño pedía perdón por haber salido sin permiso, que estaba feliz en su actual lugar y que estaría más cerca de su familia. La letra de la nota, escrita por Galté en trance, era exactamente igual a la del niño.

 

La señora guardó esa nota para siempre.