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Esta historia ha sido extraida del artículo escrito por don XXX, para la revista Occidente

 

“Yo nací en el año 54 y a fines de los 60 tuve una gravísima enfermedad, que aparecía como una bronconeumonía con un estafilococo dorado y otras cosas más y eso me fue complicando la salud, a tal punto, que fui internado en una unidad de cuidados intensivos, en el hospital Calvo Mackenna. Yo recuerdo que era como una caja de plástico grande en la que estaba metido. La enfermedad partió como un virus poco conocido y no había remedios para combatirlo. Me afectó todos los ganglios, mi cuerpo quedó trabado, no podía mover ningún músculo, no podía mover el cuello. O sea, no era una bronconeumonía común. Fue una situación muy dura, gravísima. Le habían dicho a mi padre que me quedaban días no más, a tal punto que yo no tenía conciencia y estaba a tal extremo que un sacerdote católico me había dado la extremaunción”.

 

Así relata la enfermedad que sufrió siendo niño, el arquitecto Alfredo Reyes Corveaux, al cumplir ya 60 años y que dice: “Gracias a él (Jaime Galté) yo estoy aquí y para mi familia fuer absolutamente un milagro y Jaime Galté pasó a ser héroe absoluto”.

 

Alfredo Reyes dice que en la sala de emergencias “era atendido por tres o cuatro médicos, entre los que estaba el doctor Traumann, que hacía de cabeza, que eran unos primos de mi papa, el doctor Vargas Molinaria y el doctor Sergio Vélez Bustamante y todos trataban de hacer algo para salvar al sobrino de esta enfermedad. En la desesperación, un padre hace cualquier cosa. Si a mi padre le hubieran dicho que acudiera a la Yamité de esa época o alguna bruja, lo habría hecho, pero encontró a Jaime Galté y me salvé”.

 

Por contactos familiares Alfredo Reyes afirma que su padre conoció a Pedro Casteblanco, quien le dijo “parece que tu hijo ya no tiene vuelta y te ofrezco la oportunidad de hablar con un amigo mía que podría hacer algo por él. Y ahí le explica a mi padre quién era Jaime Galté”.

 

Entonces Pedro Casteblanco con mi padre van a ver a Jaime Galté, que trabajaba en la contraloría. Entraron por un pasillo y al final estaba la oficina del señor Galté, quitado de bulla, de muy bajo perfil y ahí mi papá le explica todo”

 

“Una segunda vez – añade Reyes - le lleva los exámenes médicos y él (Jaime Galté), le explica cómo trabaja. Entra en trance y le dice que era médium de un médico que había estado en Bolivia, le dice que vaya en dos días más a su casa. Ahí le entrega una receta, con una letra bastante difícil y mi padre le pregunta que es lo que dice aquí y Galté le responde: “yo no la entiendo, llévesela a su médico. Yo no soy médico, yo soy médium de ese doctor al cual yo he invocado y él es el que va a ayudar a tu hijo”.

 

“Mi padre le entrega la receta al doctor. Ahí dice el doctor que son unos remedios que nosotros no conocemos, pero que tengo entendido que están en una etapa de investigación en unos laboratorios de Estados Unidos y podríamos probar”.

 

Alfredo Reyes sigue relatando: “Mi padre tenía un amigo que era piloto de LAN, de apellido David, quien lleva la receta y se la entrega a un doctor en Miami y van a un laboratorio, no sé en qué ciudad de Estados Unidos. Ahí hay un problema porque la gente del laboratorio dice que como sabían de esa composición química que estaban recién haciendo experimentos, terminando con animales y pronto lo harían con personas. Creían que había robo de información, pero, al final queda bien explicado el caso y le hacen la receta, traen el remedio y yo a los tres días hablaba, y me sentaba. Tuve que aprender a andar de nuevo, con un kinesiólogo. Yo estuve seis meses en cama, sin caminar. Yo estuve absolutamente mal”

Jaime Galté me salvó.

Fuente: Revista Occidente, Enero/Febrero 2014

¡Gracias a él, yo estoy aquí!, La ayuda del Medium Jaime Galté

El arquitecto Alfredo Reyes Corveaux, fué salvado cuando niño, luego de que Jaime Galté, recetara un medicamento que se encontraba en etapa de investigación en Estados Unidos.

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